INAMBARI – MADRE DE DIOS
Hace quince años nació la Asociación Huarayo, iniciando una experiencia que compromete a los jóvenes, niños y niñas hijos de campesinos con la educación y el progreso de la Amazonía.
“Eran tiempos difíciles” dice, la socióloga Ana Hurtado Abad, directora del Albergue Juvenil de Mazuko, que activamente participa de las actividades de la asociación. Ella recuerda los inicios de la experiencia en la que muchos padres de familia dudaban de la importancia de la educación.
“Sobre las adolescentes mujeres había una carga de conformidad y discriminación. Decían que ellas solo llegarán hasta el segundo año, encontrarían su pareja y se irán; los varones, por su parte, podrían terminar la secundaria, pero igual, es difícil, somos pobres y la agricultura no da mucho para educar muchos años a nuestros hijos”, comenta Hurtado.
Las opiniones de las familias del campo constituían un reto que fue asumido con mucha responsabilidad y hoy luego de años transcurridos es posible observar la validez de la propuesta.
Oscar Guadalupe Zevallos, director de la Asociación Huarayo, señala que “la visita de José Luis Lara Rivas, un ex usuario del Albergue Juvenil de Mazuko, resume los avances de la propuesta”.
Lara Rivas vivió en el Albergue, luego pasó por las aulas de la Universidad Amazónica de Madre de Dios y concluida su carrera de Ingeniero Forestal fue a la Universidad Agraria la Molina, en Lima, para hacer una maestría de Industrias Alimentarias.
“Ahora regresó para sumarse a Agrobosque, organización de agricultores que construyen una alternativa a la devastación de la Amazonía mediante un proyecto cacaotero y diversidad frutícola con integración social”.
Atrás quedó la creencia que la educación es para los tienen plata. Hoy decenas de profesionales que vivieron su adolescencia en el albergue eliminaron ese mito con profesionalismo y amor a la tierra que los vio nacer. Están seguros que el bosque en sí es una gran alternativa para desarrollar la familia, la comunidad y el país.
“Es halagador contar con esta nueva generación de jóvenes profesionales y seguidores de una línea de conducta de respeto, ligados a la tierra, al bosque, administración de recursos, defensores de derechos y empresarios. Jóvenes que bebieron de las ideas de construir un mundo mejor, son ellos y ellas que se resisten a destrozar el bosque y plantean el uso sostenible de los recursos”, señaló a Inforegión, Guadalupe Zevallos.
Asimismo indicó que es necesario destacar la labor del padre Xavier Arvex y Chantal Furrer, quienes antecedieron a Huarayo e iniciaron la opción por la infancia de la Amazonía; el apoyo de Terre des Hommes –Suisse, que con su apoyo permite hacer realidad la propuesta técnica y pedagógica que hoy es reconocida en espacios de relevancia internacional como la Escuela de Altos Estudios de Suiza, en la que cada año Ana Hurtado y Oscar Guadalupe comparten sus avances pedagógicos y logros sociales con profesionales de diferentes países del mundo y estudiantes que miran América Latina como una gran posibilidad de realizaciones y aprendizajes.